En los últimos tiempos se está produciendo una “ola de rehabilitación” promovida por las ayudas que se están ofreciendo desde distintos organismos para actualizar y mejorar las edificaciones.
Tradicionalmente, reformar una casa era algo más ligado a los gustos personales o a la necesidad de disponer de un hogar adaptado a determinadas circunstancias. En la actualidad, se trata más bien de rehabilitar la casa para mejorar su eficiencia energética. Ya no es una cuestión de gustos, sino un imperativo para garantizar la sostenibilidad en el medio ambiente y en la economía doméstica.
Una de las cosas en las que primero se piensa al plantearse reformar una casa es el cambio de ventanas. Contar con unas ventanas que ofrezcan un alto aislamiento térmico realmente marca la diferencia; el ahorro energético, así como el aumento del bienestar en el hogar, es más que notable.
Otra de las cuestiones que suele surgir cuando queremos hacer reformas es la gran pregunta: ¿cuándo lo hacemos?
El mejor momento para reformar la casa
El verano siempre ha sido, por distintos motivos, una de las fechas más populares para realizar reformas en el hogar. Los días son más largos y el peligro de que llueva es menor, por lo que es más fácil trabajar en un entorno seco y bien iluminado; además, esta climatología facilita que se pueden utilizar cerramientos provisionales si es necesario.
Otra ventaja es que, a menudo, coincide con un periodo de vacaciones en el que es fácil contar con alguna alternativa habitacional como una segunda residencia o similar. Así, la familia se puede trasladar a estos espacios si el grado de reforma es tal que no permite vivir en la casa mientras duren las obras.
Sin embargo, hay que tener en cuenta un par de cuestiones antes de decidirse por el verano para hacer reformas. En primer lugar, debemos pensar qué tipo de reforma queremos hacer. Si se trata de un trabajo en el jardín o terraza para instalar algún complemento, como pérgolas o toldos, o realizar cualquier otro tipo de intervención, puede que el verano no sea el mejor momento debido a las altas temperaturas.
Lo mismo ocurre con las ventanas, si para cambiarlas hay que trabajar en el exterior (o incluso, en ocasiones, también si es en interior), debemos pensar en que el calor puede reducir las horas de trabajo disponibles.
Para reformar una casa, es muy importante tener claro qué es lo que queremos hacer. Y si lo sabemos, planificar bien la reforma es otro de los puntos imprescindibles. Si queremos disfrutar de nuestra nueva pérgola o de las ventanas que impiden que entre el calor en verano, mejor programar la reforma para primavera, cuando las temperaturas son más suaves.
Además, otra cuestión que debemos tener en cuenta es que, en verano, al ser una fecha popular para realizar reformas, suele haber mucha demanda. Esto puede provocar que, si no reservamos con tiempo, no tengamos disponibilidad en las fechas que queremos.
Por lo general, el mejor momento para reformar una casa es cuando nosotros estemos listos. En primer lugar, tenemos que plantearnos si necesitamos una reforma. Está claro que esta supone una inversión, pero tenemos que sopesar las ventajas que nos va a proporcionar, si mejora el bienestar y la calidad de vida en el hogar y/o supone un ahorro en el uso cotidiano con que amorticemos nuestra inversión inicial.
Por qué reformar una casa
Por desgracia, hace unos años no se le daba mucha importancia a la sostenibilidad de los edificios, lo que provocó que muchos se construyesen con materiales o sistemas que no velaban por la eficiencia energética. Esto ha repercutido en un despilfarro energético en los hogares que ha contribuido a la contaminación medioambiental, que a su vez ha provocado problemas como el cambio climático.
Las ventanas suponen la transición entre el interior y el exterior del hogar, por lo tanto, si no son adecuadas y/o están bien instaladas, a través de ellas, se pueden producir fugas de energía. En invierno, el calor del hogar puede escaparse y, en verano, el calor del exterior puede colarse en casa. Esto provocará que, para estar cómodos y no pasar frío o calor, tengamos que hacer un uso mayor de sistemas de calefacción o refrigeración, lo que supone un alto gasto energético: más emisiones contaminantes y mayor gasto en la factura de la luz.
Demostrado el impacto negativo que unos cerramientos inadecuados pueden tener, y gracias a una mayor conciencia medioambiental, son varias las iniciativas que están promoviendo las reformas en casa. Existen subvenciones para hacer obras que mejoren la eficiencia energética, como los fondos europeos Next Generation que se dirigen específicamente al cambio de ventanas. En Cabañero Ventanas, además de encargarnos de la fabricación e instalación de las ventanas, también nos encargamos de la gestión de este tipo de ayudas. Además, si no sabes muy bien cuáles son los cambios que más le convienen a tu hogar, nuestros profesionales también ofrecen asesoramiento para que la reforma sea la más adecuada a tus necesidades, posibilidades económicas y preferencias personales.