Más allá de su función como lámpara, Dipping Light busca emocionar. Encendida resulta fascinante: sus distintas tonalidades de pintura tamizan la luz creando un efecto mágico en el ambiente. Apagada se transforma en una esfera de cristal de colores, un objeto con una gran carga estética.
Jordi Canudas es un alquimista de la luz, está muy interesado en experimentar con ella para dejarse sorprender y aprender, desea capturar la esencia de la luz. Persiguiendo este objetivo, Dipping Light nace como un experimento más -sumergir una bombilla encendida en pintura varias veces- pero se convierte en una lámpara de sobremesa. Así las varias capas de pintura dibujan círculos concéntricos y atrapan la luz, atenuando su intensidad. La pintura se convierte en pantalla, coloreando la luz y confiriéndole textura. Como soporte se añade una base de latón. Este proceso artesanal hará que cada lámpara sea única y exclusiva.
Esta colección empieza en dos tamaños y varios colores –verde, ámbar, rosa, blanco, negro y azul-. Cada lámpara ilumina con distintas tonalidades de luz en función del color de la pintura generando luz de ambiente. A través de la pintura Jordi Canudas convierte su diseño en mucho más que forma y función, Dipping Light tiene alma y su luz transmite poesía.