Los avances tecnológicos, evidentemente, también se pueden aplicar a algo tan fundamental en una construcción como son las ventanas. En la actualidad, oímos hablar de teléfonos inteligentes, relojes inteligentes, coches inteligentes… y también existe el concepto de ventana inteligente.
Las ventanas inteligentes son aquellas que hacen uso de la tecnología digital para mejorar sus prestaciones. Por lo general, el objetivo principal de estas tecnologías aplicadas en las ventanas es mejorar la eficiencia energética, aunque ya de por sí ofrezcan una alta eficiencia. A través de distintas técnicas y materiales, sumado a la digitalización, las ventanas contribuyen a reducir la factura energética del hogar.
El desarrollo de las tecnologías de las llamadas ventanas inteligentes se han centrado en dos áreas principalmente.
Por un lado, las ventanas también forman parte de esa disciplina que se denomina domótica y que se dedica al control y automatización de diversos aspectos del hogar para lograr una mejor gestión energética y ofrecer más seguridad y confort. Esto es precisamente lo que se espera de la aplicación de la domótica en las ventanas, que se mejore la eficiencia energética en el hogar.
Además de la automatización de sistemas de apertura y otras funciones de las ventanas, existe una corriente de ventanas inteligentes que se centra sobre todo en el vidrio. Se trata de ventanas que “cambian”, permiten ajustar los niveles de luz y calor que las atraviesan, lo cual, de nuevo, es de gran ayuda para la climatización natural del hogar y, por lo tanto, la reducción de la factura energética.
(H2)Ventanas inteligentes y domótica
La domótica en ventanas utiliza la tecnología para tener un mayor control sobre los elementos del hogar, que es lo que define a esta disciplina, aunque se centra más en la automatización que en la recogida de información para la optimización de los procesos (monitorización).
Las ventanas domóticas son aquellas que se pueden abrir o cerrar de manera automática, y también se pueden controlar complementos como, por ejemplo, las persianas. Esta automatización ofrece diferentes ventajas:
- Comodidad y accesibilidad. Resulta más fácil manipular las ventanas y hacer un uso adecuado de las mismas.
- Al ser más fáciles de manejar, también son más seguras. Además, también ayuda a su mejor mantenimiento.
- Eficiencia energética. Estas ventanas con tecnología inteligente permiten aprovechar mejor los recursos naturales y, por lo tanto, no tener que depender tanto de los climatizadores artificiales.
- La domotización aumenta el confort en el hogar. Es más sencillo relacionarse con los elementos que conforman las estancias y, en definitiva, nos facilita la vida.
(H2)Ventanas inteligentes
Por lo general, cuando se habla de ventanas inteligentes propiamente dicho, nos referimos sobre todo a la manipulación del vidrio. La domotización de las ventanas formaría parte de algo más global, sería un elemento más del hogar inteligente (cuando estas tecnologías de control y automatización se destinan a elementos de edificios que no son viviendas, se denomina “inmótica”).
Sin embargo, en los últimos años, se ha estado trabajando con distintas maneras de convertir la propia ventana en un elemento para una mejor gestión energética aprovechando las nuevas tecnologías. En realidad, la idea no es nueva; siempre se ha estado investigando e intentando mejorar los materiales, formas de instalación o sistemas de cierre para conseguir unas ventanas mejores. Pero, hoy en día, los avances tecnológicos permiten soñar con unas ventanas todavía más avanzadas
Hay distintos tipos de ventanas inteligentes según los sistemas o materiales que se utilicen. El objetivo de todas ellas es poder regular la entrada de luz y calor lo máximo posible, de una manera mucho más eficaz y cómoda que las persianas u otras formas tradicionales. Por el momento, el mayor problema que presentan estas ventanas inteligentes es el coste, aunque cada vez aparecen sistemas más sencillos y económicos e igualmente eficaces.
En ocasiones, nos referimos a las ventanas inteligentes como ventanas “electrocrómicas”. Se llaman así porque el vidrio cambia de color simplemente con apretar un interruptor. Básicamente, se trata de una capa, situada entre dos láminas de vidrio, que cuando se estimula a través de la electricidad tiñe los cristales. Si no recibe estímulo eléctrico, vuelve a su estado original.
Hay distintos tipos de ventanas electrocrómicas, y siguen apareciendo y perfeccionándose distintos modelos. Existe el cristal inteligente opaco o ‘smart film’ PDLC, que puede estar insertado en la ventana o adherirse en la superficie (lo que abarata costes).
También se habla de dispositivos de partículas suspendidas (SPD), que son como válvulas de luz microscópicas. Cuando reciben un estímulo eléctrico, la luz fluye a través de estas SPD; si dejan de recibirlo, vuelven a su estado original y dan opacidad a la ventana.
Existen incluso ventanas inteligentes que transforman el vidrio en pantallas de LCD, que se pueden utilizar para ver la televisión, jugar o navegar por internet. Como señalamos antes, este tipo de ventanas tienen un coste económico elevado, pero ya se está trabajando para que las ventanas inteligentes sean más asequibles. Un ejemplo es la tecnología del CSIC para ventanas inteligentes EMD (Externally Modulated Display), que son fáciles de fabricar, flexibles y razonablemente económicas.
El mundo de las ventanas inteligentes apenas acaba de empezar a desarrollarse, y es muy probable que veamos muchos avances en esta área en los próximos años.