La preocupación por los efectos del cambio climático y el empeño por habitar un mundo mejor han convertido la sostenibilidad en un concepto vital en nuestra sociedad, también en el ámbito de la construcción. El diseño sostenible prioriza la eficiencia energética, para contribuir a la conservación del medioambiente, pero también tiene en cuenta el bienestar de las personas.
Es en este sentido en lo que el diseño sostenible se diferencia del ecodiseño aplicado a la arquitectura: mientras que el ecodiseño se centra en identificar, valorar e intentar minimizar el impacto medioambiental de las construcciones y sus usos, el diseño sostenible es un concepto más amplio. La sostenibilidad de los edificios tiene un aspecto medioambiental, pero también económico y social.
Teniendo en cuenta que las ventanas son un elemento primordial en las edificaciones, es importante que encajen en esa idea de sostenibilidad que propone el diseño sostenible. Afortunadamente, la oferta y las soluciones disponibles en la actualidad permiten poder disfrutar de ventanas de diseño con una alta eficiencia energética.
Para saber si unas ventanas son eficientes energéticamente, contamos con una etiqueta de eficiencia energética propia, que marca el grado de eficiencia del producto después de valorar distintos aspectos como su transmitancia térmica o su capacidad de aislamiento térmico y acústico.
Pero, como hemos señalado, el diseño sostenible no se limita solamente a apostar por las energías renovables o a promover la eficiencia energética de productos, servicios y procesos de producción, sino que también tiene en cuenta la optimización de los recursos y pone especial atención en velar por el bienestar, el confort y la seguridad de las personas.
El diseño sostenible hace hincapié en la eficiencia, pero no pierde de vista la estética, puesto que esta es también importante para alcanzar el confort en el hogar y el bienestar emocional de quienes lo habitan.
Las ventanas en el diseño sostenible
Unas ventanas eficientes energéticamente son aquellas con un alto aislamiento térmico, que permiten aprovechar los elementos climatológicos cuando están abiertas y mantener separadas la temperatura del exterior y el interior del hogar cuando están cerradas. Unas buenas ventanas ayudan a reducir el uso de la calefacción o el aire acondicionado para mantener el confort térmico. El ahorro energético supone menos emisiones de CO₂ para el planeta, y también supone una rebaja en la factura.
El diseño sostenible de las ventanas tiene en cuenta diversos elementos. Evidentemente, piensa en el producto, en cómo de sostenibles son los materiales con que está hecho y los procesos con los que se ha producido, pero también tiene en cuenta otros aspectos.
A la hora de valorar la sostenibilidad de las ventanas, hay que realizar varias consideraciones. Por ejemplo, en cuanto a los materiales, el PVC es de por sí más eficiente porque tiene una transmitancia térmica muy baja -al contrario del aluminio o el vidrio, que se calientan o enfrían muy rápido. Sin embargo, el aluminio es muy resistente y tiene una alta durabilidad, además de que es un material que se puede reutilizar constantemente –la mayoría del aluminio que utilizamos es reciclado-, por lo tanto, también contribuye a la sostenibilidad medioambiental.
Ventanas eficientes energéticamente
Para encontrar las ventanas más eficientes energéticamente en cada situación, y de acuerdo con las necesidades específicas de cada proyecto, lo más recomendable es el asesoramiento profesional. Serán los profesionales los que valoren si es mejor optar por un material que impide la transmisión térmica, como el PVC, o por sistemas para romper la transmisión térmica como los puentes de rotura térmica en las perfilerías de la ventana o como el doble/triple vidrio.
Además, en el diseño sostenible se tiene en cuenta cada detalle, pero se atiende al conjunto y está presente desde la planificación del proyecto hasta en cómo se lleva a cabo. Al pensar en un diseño sostenible de ventanas, se pensará en la ubicación de la casa, la orientación, el tamaño que vayan a tener o qué tipo de cierre se va a utilizar, entre otras cosas.
Una vez se lleve a cabo el proyecto, ya sea nueva obra o una renovación, los principios del diseño sostenible también se aplican en la instalación de las ventanas. Se trata de optimizar recursos y pensar en que las cosas funcionen de la mejor manera posible, por eso la instalación de las ventanas se debe realizar de manera correcta y con garantías. De ello depende que no se echen a perder las prestaciones del producto y que las ventanas sean funcionales y, por lo tanto, cumplan con el grado de eficiencia energética que les corresponde.
De manera ideal, el enfoque del diseño sostenible de las ventanas se debería aplicar también al uso diario. Aprovechar las ventanas para ventilar correctamente el hogar o instalar complementos como toldos o pérgolas que ayuden a aprovechar mejor los recursos naturales, también contribuyen a la eficiencia energética del hogar y al bienestar físico y mental de las personas. Es decir, cómo utilicemos nuestras ventanas también contribuye a su sostenibilidad.