El invierno siempre pone a prueba el confort de nuestro hogar. Las bajas temperaturas y la humedad buscan colarse en el interior, mientras intentamos mantener un ambiente cálido y acogedor.
En este contexto, conseguir la estanqueidad en las ventanas será la clave para asegurar una temperatura óptima en el interior de nuestro hogar sin tener altos costes en calefacción. Este aspecto garantiza que no haya fugas de calor ni entrada de aire frío, manteniendo la eficiencia energética y el bienestar en cada rincón de la casa.
Aprender más sobre cómo funciona y cómo mejorarla puede ser la solución para disfrutar de un invierno más cómodo y protegido.
¿Qué es la estanqueidad en las ventanas y por qué es importante?
La estanqueidad en las ventanas determina su capacidad para evitar la entrada de aire, agua y polvo desde el exterior. Este factor asegura que los cerramientos puedan proteger eficazmente el hogar frente a condiciones adversas y mantener un ambiente cómodo y eficiente en su interior.
En España, esta se evalúa mediante la norma UNE-EN 1027, que clasifica las ventanas desde 1A (mínima estanqueidad) hasta 9A(máxima estanqueidad). Estas pruebas reproducen las condiciones reales para asegurar que los cerramientos cumplan con los estándares de protección.
La elección de la clase adecuada depende de factores como la ubicación del edificio, la altura de los cerramientos y el entorno. Organizaciones como ASEFAVE destacan la importancia de estos factores y ofrecen guías prácticas para identificar las ventanas herméticas más adecuadas según las zonas pluviométricas y las exigencias del Código Técnico de Edificación (CTE).
En conclusión, la estanqueidad de las ventanas es fundamental porque protege los interiores de la humedad, elimina las corrientes de aire incómodas y contribuye a un importante ahorro energético.
Problemas más comunes de filtración
Una adecuada estanqueidad en las ventanas es esencial para evitar problemas a largo plazo. Cada caso tiene causas específicas que conviene identificar para realizar una reparación efectiva. A continuación tratamos algunas de las más comunes.
Filtración de aire
El aire exterior puede entrar a través de juntas deterioradas o marcos mal instalados, aumentando el consumo energético hasta un 20%. Reemplazar burletes desgastados y ajustar correctamente los marcos son acciones esenciales para evitarlo.
En la Comunidad Valenciana, donde los cambios bruscos de temperatura pueden ser frecuentes, esta situación puede aumentar considerablemente el gasto en calefacción y aire acondicionado.
Filtración de agua
En días de lluvia, las ventanas sin un sellado adecuado pueden permitir la entrada de agua, provocando manchas de humedad y deterioro en las paredes y el suelo.
La presencia de humedad en un hogar aumenta un 20% la posibilidad de aparición de moho, que puede causar problemas respiratorios y alergias.
Condensación en los cristales
La condensación es otro problema recurrente, especialmente en climas fríos o húmedos. Este fenómeno se produce cuando el aire cálido del interior entra en contacto con una superficie fría, como los cristales.
A largo plazo, esta acumulación de agua puede fomentar la aparición de moho y hongos, afectando la calidad del aire interior y dañando los marcos o juntas de las ventanas.
Deformaciones en los marcos
Con el paso del tiempo, los marcos de las ventanas pueden sufrir deformaciones debido a la exposición a condiciones climáticas extremas, como cambios bruscos de temperatura o humedad.
Esto afecta directamente a su capacidad de aislamiento y puede generar espacios por los que el aire o el agua se filtran, comprometiendo la estanqueidad del cerramiento.
Soluciones efectivas para garantizar la estanqueidad
Buscar soluciones no solo implica reparar los problemas visibles, sino también prevenir futuros inconvenientes que puedan surgir con el tiempo.
Fijación de las ventanas: la base para la estabilidad
La fijación de ventanas debe realizarse en una superficie resistente para soportar la presión del viento y evitar que la ventana se desplace o «baile». Si la fijación no es sólida, con el tiempo, el cerramiento puede desencajarse y perder su eficacia. Además, es crucial tener en cuenta la dilatación de los materiales causada por factores como los cambios de temperatura y las vibraciones. Para ello, se deben emplear materiales compatibles que mantengan su adherencia incluso ante estas circunstancias. Las juntas de estanqueidad para ventanas de aluminio son especialmente eficaces, ya que este material sufre menos dilataciones que otros.
Los cordones de silicona, especialmente la silicona neutra, son ideales para la fijación, ya que son resistentes, duraderos y tienen una gran capacidad de recuperación elástica.
Sellado adecuado para un cerramiento hermético
El sellado complementa la fijación asegurando que no queden huecos entre la ventana y la pared. Para reforzar la estanqueidad al agua y mejorar el aislamiento en ventanas, se suelen utilizar tapajuntas o solapes. Estos elementos, además de ofrecer protección adicional, cumplen una función estética al integrar perfectamente la ventana en la estructura. Son especialmente necesarios en paredes con azulejos, donde aseguran una terminación limpia y profesional.
Existen varias opciones, como el solape engrapado, que es más económico, o el solape enclipado, que ofrece un acabado más estético.
Materiales de alta calidad: garantía de estanqueidad
El éxito de una instalación depende también de los materiales elegidos. En Cabañero ofrecemos ventanas de aluminio y PVC con rotura de puente térmico, que destacan por su resistencia y capacidad de aislamiento.
El aluminio es un material ligero pero extremadamente resistente, ideal para estructuras robustas y es adaptable a diseños modernos. Cuando incorpora rotura de puente térmico, mejora significativamente su capacidad de aislamiento, reduciendo la transferencia de calor entre el exterior y el interior del hogar. Por su parte, el PVC es conocido por su excelente rendimiento en climas adversos, ya que no se corroe ni deforma, y ofrece un aislamiento superior frente al ruido y la temperatura.
Un ejemplo destacado de nuestras soluciones es la ventana Space Thermic, que combina perfiles con rotura de puente térmico y un diseño innovador. Garantizando una estanqueidad óptima..
Si deseas conocer más sobre cómo nuestros materiales, te invitamos a visitar nuestra sección de ventanas de PVC y aluminio.
Cómo evitar la estanqueidad en climas mediterráneos
El clima mediterráneo, característico de la Comunidad Valenciana, presenta desafíos únicos para la estanqueidad de las ventanas. Las lluvias torrenciales en otoño, junto con la elevada humedad en zonas costeras, pueden comprometer el confort y la durabilidad de los cerramientos si estos no están correctamente instalados o diseñados.
En Cabañero, hemos ayudado a numerosos hogares en la región a resolver estos problemas de filtración en ventanas mediante soluciones personalizadas y eficientes.
Un caso destacado es el de una vivienda unifamiliar en Malvarrosa, ubicada en una zona costera con alta exposición a la humedad y el viento. Los propietarios, preocupados por las filtraciones de agua y el deterioro de las ventanas existentes, contactaron con nuestro equipo para buscar una solución definitiva. Las ventanas originales, aunque de buena calidad, no estaban adecuadamente selladas ni adaptadas al clima de la región, lo que provocaba la entrada de humedad y condensación en los meses más lluviosos.
Para solucionar estos problemas, instalamos ventanas de PVC con rotura de puente térmico, ideales para climas húmedos. Este material no solo es resistente a la corrosión, sino que también ofrece un excelente aislamiento térmico, reduciendo las pérdidas de energía.
Además, añadimos tapajuntas específicamente diseñados para integrar las ventanas herméticas con las paredes revestidas de azulejos, mejorando tanto la estanqueidad de la ventana como el acabado estético. El resultado fue un cerramiento completamente hermético.